Mi maestro Don Antonio,
Jiménez Hermoso,
es para nosotros
amable y cariñoso.
Tiene carácter,
aunque es lo de menos
porque con él hacemos
lo que queremos.
Es un maestro insuperable,
atento como nadie,
educado, pacifista,
morrocotudo, y para mí un artista.
Siento que nos deje,
pués el siempre nos protege,
aunque somos muy pesados,
el nos consiente con sus halagos.
Maestro corre corre,
no te enrolles más,
que son las dos en punto
y es hora de acabar.
Maestro del alma,
maestro querido,
me he sentido orgulloso
de haberte conocido.
Jiménez Hermoso,
es para nosotros
amable y cariñoso.
Tiene carácter,
aunque es lo de menos
porque con él hacemos
lo que queremos.
Es un maestro insuperable,
atento como nadie,
educado, pacifista,
morrocotudo, y para mí un artista.
Siento que nos deje,
pués el siempre nos protege,
aunque somos muy pesados,
el nos consiente con sus halagos.
Maestro corre corre,
no te enrolles más,
que son las dos en punto
y es hora de acabar.
Maestro del alma,
maestro querido,
me he sentido orgulloso
de haberte conocido.
Sabes que me ha encantado tu poesía. Me he sentido muy halagado. Por cierto podrías corregir la palabra halagos (con "h") y Jiménez, con tilde, así como él, con tilde cuando no es artículo sino pronombre personal.
ResponderEliminarTambién me han gustado un montón las anteriores poesías y la que has escrito recientemente sobre tu bicicleta.
Enhorabuena poeta.